Dando vida a los rincones de este encantador dúplex donde el diseño interior crea una atmósfera única, llena de calidez y personalidad. Una forma inspiradora de cómo la combinación inteligente de colores, texturas y luz puede transformar cualquier espacio, adaptándose perfectamente al estilo de vida contemporáneo.
En la zona de estar, nos recibe una paleta de colores atrevida y acogedora, el suave rosa de las paredes contrasta con el vibrante verde de los textiles y las plantas, creando un oasis de frescura. El mobiliario de líneas sencillas, con claras referencias al diseño mid-century, aporta elegancia y funcionalidad. La luz natural, tamizada por las cortinas estampadas, baña la estancia, resaltando la calidez de la madera del suelo y los muebles. Nos encanta cómo la iluminación artificial puntual genera ambientes íntimos al caer la tarde.
El baño es un refugio de serenidad. El revestimiento cerámico en un profundo verde botella, combinado con la madera del mueble suspendido y la pureza del blanco, crea un espacio moderno y sofisticado. El espejo redondo y los detalles cuidados demuestran que cada elemento cuenta.
La presencia constante de plantas en diferentes puntos de la vivienda, como en la zona de la escalera y junto a la salida a la terraza/balcón, no solo decora, sino que conecta el interior con el exterior, aportando vida y frescura. Es una muestra de cómo integrar la naturaleza en el hogar, un detalle que valoramos especialmente en climas como el nuestro.
Este dúplex es un claro ejemplo de cómo un diseño bien pensado puede maximizar el potencial de un espacio, creando un hogar funcional, estético y sobre todo, un lugar donde apetece estar. Un reflejo del tipo de interiorismo que busca equilibrar tendencia y confort, creando espacios para ser vividos.



